Unos 4.000 ataúdes de cartón para Guayaquil donde siguen recogiendo cadáveres
ECUADOR (EFE).- La ciudad de Guayaquil, en el suroeste de Ecuador, cuenta este domingo con más de 4.000 ataúdes de cartón para que puedan sepultarse los cadáveres acumulados a raíz de la emergencia sanitaria por COVID-19, mientras siguen las tareas de recolección de fallecidos.
Tres mil de ellos han sido adquiridos por la fuerza de tarea conjunta del Ejército ecuatoriano, encargado en los últimos días de levantar los cuerpos de casas, calles y hospitales, bien sea de fallecidos por coronavirus u otras circunstancias, en la urbe costera.
El Gobierno proporcinará esos féretros para agilizar los enterramientos en el cementerio público Parque de La Paz, en La Aurora, en el norte de Guayaquil, donde efectivos militares y policiales se afanan en los últimos días por trasladar los cuerpos de familias con bajos recursos y que no pueden hacerse cargo de los gastos fúnebres.
Los ataúdes se suman a los más de 1.500 de cartón prensado que ya ha repartido el Municipio de Guayaquil entre los dos principales cementerios, Parque de la Paz y Jardines de la Esperanza, para enterrar a víctimas mortales de la pandemia.
INDUSTRIA FUNERARIA SOBREPASADA
Merwin Terán, presidente de la Asociación de Funerarias de Guayas (provincia suroccidental de la que Guayaquil es capital), reconoció hoy a Efe que el gremio atraviesa un momento crítico y que la iniciativa de la Alcaldía trata de encontrar soluciones, aunque no siempre los cofres son bien recibidos.
Ahora me han llegado 30 de cartón, pero la gente que viene a verlos no los quiere llevar. Están acostumbrados a los que les hemos ofrecido siempre, pero no hay, es lo único que les puedo dar”, cuenta en una entrevista telefónica.
Terán afirma que soportan 300 libras (136 kilogramos) de peso, son cofres resistentes y “cubren la necesidad”, y los está vendiendo a 300 dólares.
Mantiene abierta una de las pocas funerarias que aún operan en la ciudad costera, donde solo el 20 por ciento de la industria local está en capacidad de ofrecer servicios exequiales.
La acumulación de cadáveres ha provocado el desabastecimiento de las funerarias y elevado a casi al doble el precio de los pocos ataúdes de madera que se ofrecen, que han pasado de costar unos 500 dólares el más simple a más de 1.000 dólares.
Terán aseguró además que en la ciudad, donde viven 2,7 millones de habitantes, hay más fallecidos de los que contabilizan las autoridades.
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