La Soga, el teniente que lideraba un comando para cazar a los más buscados por la Policía
Fernando de los Santos, alias La Soga, asesinado la mañana de este miércoles, fue un agente de la Policía Nacional oriundo de Santiago.
Formó parte de la institución por más de 20 años y alcanzó el rango de teniente hasta el año 2011, cuando desertó tras ser implicado en la ejecución de dos jóvenes residentes en el Ensanche Libertad de Santiago por encargo de dos empresarios, quienes fueron sentenciados.
Sin embargo, fue en el 2004 cuando salió a la luz pública el nombre del oficial, luego que fuera investigado por su supuesta participación, junto a otros policías, en un atentado a tiros contra el periodista Euri Cabral y la ingeniera Mildrian Salas Reyes, ocurrido el 29 de septiembre del mismo año.
Aunque se definía como un “policía honrado fiel y sincero a mi patria y a mi Policía”, a Fernando de los Santos se le atribuyó encabezar un comando llamado “El Equipo” o el “Escuadrón de la muerte”, que habría ejecutado al menos 30 personas buscadas por esa institución por la comisión de actos delictivos. También se le acusó de sicariato al servicio de narcotraficantes.
Tras el crimen de los dos jóvenes, que fueron encontrados atados de pies y manos en la presa de Bao, las autoridades ordenaron el arresto de “La Soga”, el cual no pudieron materializar de inmediato.
Por seis años el agente policial se mantuvo prófugo, pero no ausente.
En 2011 envió una carta al periodista Esteban Rosario en la que indicaba que no se entregaba porque existía un plan para matarlo, una vez ingresara a prisión. La misiva estaba dentro de un bulto que “La Soga” envió a sus superiores tras desertar, el cual contenía su arma de reglamento, insignias, chaleco antibalas, y cargadores.
En 2012, Fernando de los Santos se volvió a comunicar con el periodista para negar que se encontraba en Haití, protegido por un narcotraficante de ese país, como se informara en los medios de comunicación.
Mientras el jefe de la Policía de ese entonces, mayor general José Armando Polanco Gómez, advertía que se utilizaría “toda la fuerza que sea necesaria para doblegarlo”, “La Soga” desafiaba a las autoridades y se paseaba por las calles de Santiago, por lo que en la opinión pública se acusaba a dicha institución de protegerlo para callar los crímenes que habría cometido.
Fernando de los Santos figuraba en la lista de los más buscado hasta el 31 de octubre de 2017, cuando fue apresado en Santiago.
El abogado Carlos Francisco Cabrera dijo que su defendido “siempre estuvo en su casa, en Santiago”, y dijo que a “La Soga” nunca se le notificó una orden de arresto a pesar de que los jefes policiales desde el 2011 lo “buscaban”.
A los cuatro días de ser apresado, la Oficina de Atención Permanente de Santiago dictó tres meses de prisión preventiva en su contra por el doble crimen ocurrido en el 2011, así como por el supuesto porte ilegal de armas de fuego, medida que cumplió en la cárcel de Operaciones Especiales en Manoguayabo, Santo Domingo Oeste.
La medida se ratificó en varias ocasiones hasta que, en diciembre de 2018, el juez Cirilo Salomón, del Segundo Juzgado de la Instrucción del distrito judicial de Santiago, varió la coerción, de prisión preventiva a libertad bajo fianza y ordenó apertura a juicio de fondo.
Desde entonces, La Soga hacía vida normal.
Residía en la comunidad de Gurabo, al norte de Santiago, junto a su esposa y dos hijas, en una casa grande y de manera acomodada.
En una de las viviendas contiguas residía su madre y en otra un cuñado.
La mañana de este miércoles 3 de junio, alrededor de las 8:30, fue asesinado a tiros tras salir de su vivienda, sin que se conozcan detalles de las circunstancias en que ocurrieron los hechos.
En la escena, las autoridades policiales recolectaron más de 20 casquillos de bala.
Un residente en el sector narró que tras escuchar alrededor de 20 detonaciones, se asomó para saber qué ocurría y vio a Fernando de los Santos tendido en el pavimento, cuando aún movía los pies mientras agonizaba.
Fuente: Diario Libre
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